Es la primera vez que sentimos un clara necesidad de hacer un reconocimiento explícito a uno de los tantos amigos que nos vienen acompañando a lo largo de nuestras salidas. En la segunda salida de enero del 2009 (Nº 144), como lo hacemos siempre, recibimos los participantes en la Estación Terminal y esta vez algo se destacaba.
Creemos firmemente en la «intuición previa», en lo que nos dicen los rostros de los que vienen a la excursión. Y una mirada, ya era extraña… la mirada de Alejandro Vañek, un arquitecto chaqueño, que trasmitía mucha paz y una imagen de absoluta expectativa. Los que creen que los rostros dicen más que las palabras, sabrán a lo que nos referimos.
Lo cierto es que una vez más la intuición no nos falló, y tuvimos el honor de acompañar en el sendero, a esta persona tan especial, y lo ponemos en este pedestal porque pareciera de otra civilización… con una sorprendente «evolución afectiva».
Todos nos emocionamos en el sendero, hasta el más duro, pero no de está manera. Cada paso, cada flor, cada pájaro, cada horizonte, era motivo para que el chaqueño agradeciera a Dios estar caminado en el Champaquí.
El Chaqueño es una persona de temperamento cálido, muy comunicativo, en palabras, gestos, actitudes. Y su forma tan optimista de ver y encarar todo. Eso no es tan común. Con su afección en la rodilla tuvo la oportunidad de demostrarlo, en gran forma. Y su ejemplo fue muy bueno.
Jorge Tymoschuk
Como Olvidar Al Chaqueño! A todo momento nos llenaba de optimismo y simpatía. Una persona única, la verdad el compañero ideal!!! Espero poder volver a compartir con él más de estas experiencias..
Mauricio Guevara
Tiene paciencia de oro, voluntad de acero y corazón transparente. Que fue una alegría tenerlo como compañero de viaje y de retaguardia.
Juan José Rivas
Sin dudas tanta emoción contagia. eso fue lo que desde las primeras horas de nuestro sendero comencé a sentir gracias a la alegría, emoción y puro sentimiento por la naturaleza que este «Chaqueño» se empeñó en disfrutar. Y digo se empeñó en disfrutar, porque a pesar del dolor en su rodilla, no dejó de valorar ni por un segundo el lugar donde nos encontrábamos y hasta obtuvo una enseñanza que compartió con todos nosotros, sus compañeros de sendero.
Y encontrarse con este tipo de personas en el camino sin dudas enriquece nuestras almas. Gracias Ale.
Diego Cesario
Hace mucho no veía a alguien disfrutar tanto…y en consecuencia disfrutarlo en el propio corazón. No fue sólo que vi brillar ojos, o una sonrisa enorme, o gestos de felicidad y gratitud a la inmensidad… compartimos el sendero con un ser humano maravilloso. Los pasos se mezclaron con charlas de viajes, de geología, de ambiente, de religión, de familia, de valores, de solidaridad, de amores, y tanto más. Entre todo me quedaron resonando dos reflexiones que considero dignas de compartir: una referida a la vida y a la elección de familia sintetizadas en un ….»amar es decidir; nada es fácil, es enamorarse de la persona, es decidirlo»… la otra tiene más q ver con la espiritualidad, además de los afectos y fue algo así como…. «los NO en la vida, son grandes SI»… Ha sido una belleza compartir el camino con alguien como «Chaco». Que bueno reconocerlo, que bueno sentirlo, que bueno ser parte. Gracias Ale!!!
Gabriela Villalba